Cuando la piel apenas cuesta unos segundos de preocupación, cuando un hombre supone apenas unas milésimas en tu agetreada cabeza... me pregunto...
¿Cuál es el precio a pagar por un capricho?
Desde que la humanidad es eso, humanidad y nada más, se tiene mal visto el disfrute femenino, el placer por el placer, siendo el de los hombres algo habitual y considerado muestra de virilidad.
Pero, ¿no es acaso algo normal que, siendo animales razonales como somos... queramos paladear nuevas experiencias pese a que ello nos suponga un bache moral?
Hoy me he levantado con instintos animales, hoy he puesto los pies sobre el frío suelo de mi habitación y me he dicho:
"Carla, hoy te supondrá menos que mañana... y el mañana está a dos pasos."
Sé que mi difrute será corto, sé que apenas sentiré su sabor en mis papilas, pero quiero saber qué se siente...
[Deja que lo paladee aunque sólo sea una vez]
29 de noviembre de 2007
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