Me senté en un banco aquella fría noche esperando que llegase algo.
Me senté sobre sus fríos maderos, y la oscuridad envolvió mi alma.
Descansé en aquel banco mirando al suelo.
Densansé recostada viendo como bailaban las hojas en el húmedo suelo de aquel parque.
No llegó nada, ¿estaba acaso esperando en vano?
No llegó lo que aguardaba, pero seguí sentada, esperando con esperanza.
Y me quedé dormida, aún sentada en aquel frío banco, de fríos maderos, con las hojas bailando en el húmedo suelo, y la esperanza de la llegada de lo aguardado.
Y me quedé dormida, pero dime... ¿viste llegar algo?
Me senté en un banco, y no me levanté hasta la mañana siguiente.
En el fondo sé que llegó lo que esperaba, sentada en el banco.
Me senté en ese banco, pero cerré los ojos.
En el fondo sé que no debí haberme sentado, en el fondo... todo aquello fue en vano, pero dime...
¿Acaso los bancos no están para sentarse?
2 comentarios:
Me senté en un banco aquella fría noche, me senté en un banco pensando estar contigo al lado. Me senté en un banco, en esa fría noche y me desperté a la mañana siguiente en mi banco, vacío, y te ví despertar, en otro banco; pues el mio no era frio.
Con lo que es sentarse en un sofa calentito delante de la chimenea, dormirte en tu cama sin hojas bailando y mirando al techo. Porque sentarse en un frio banco en una noche fria con hojas bailando?
Animo cielo!!
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